Seguros agrícolas

Cuando hablamos de un buen seguro para agricultores, no basta con una promesa de protección: hay que revisar coberturas reales y relevantes para que la póliza te respalde cuando más lo necesitas. 

Algunas de las coberturas habituales que puedes incluir:

• Daños por fenómenos atmosféricos. Protege tus cultivos frente a heladas, granizo, viento huracanado, lluvias torrenciales o inundaciones.
• Sequía o falta de lluvia. Compensaciones cuando una campaña sufre pérdidas por escasez de agua.
• Pérdida de rendimiento. Si las condiciones adversas reducen el volumen producido comparado con lo esperado.
• Incendio y acción del fuego. El seguro de agricultura cubre tanto las instalaciones como los cultivos afectados por fuego.
• Daños por plagas y enfermedades. Protección frente a brotes o infestaciones que afecten la cosecha.
• Robo y vandalismo. Cobertura de pérdidas debidas a robos o actos malintencionados en almacenes, instalaciones u otros bienes agrícolas.
• Daños a instalaciones y maquinaria auxiliar. Edificaciones agrícolas, sistemas de riego, tuberías, cobertizos, etc.
• Responsabilidad civil agrícola. Los seguros agrícolas cubren los daños que puedas causar a terceros. Por ejemplo, por el uso de productos fitosanitarios, fumigaciones o quema de rastrojos.

Estas coberturas pueden combinarse, adaptarse o modularse según el tipo de explotación, el cultivo o la región.